LONGINES:
En 1832, Auguste Agassiz se estableció en el mundo de la relojería asociándose a un comptoir relojero (agencia relojera) en Saint-Imier. Poco tiempo después asumió el control de la empresa y le cambió el nombre por “Agassiz & compagnie”. En aquél tiempo, la empresa ensamblaba relojes según el método del établissage (subcontratación), con operarios que trabajaban en sus hogares, y estableció lazos comerciales que le permitieron vender sus relojes en todo el mundo, particularmente en Norteamérica. En la década de 1850, Ernest Francillon, un sobrino de Agassiz, asumió la gerencia de la célebre empresa y exploró formas de mejorar los métodos de fabricación tradicionales utilizados por la industria relojera local. Tuvo la idea de reunir las diversas operaciones de acabado de los relojes en una sola fábrica, dónde pondría en marcha métodos de producción mecánica para el ensamblado y el acabado de relojes completos. Con el fin de sacar adelante este proyecto, en 1866 adquirió dos solares adyacentes en la ribera derecha del río Suze, en el valle de Saint-Imier, en una zona conocida como Les Longines. Nacía así una marca que en 1911 daba empleo a más de 1.100 trabajadores, y sus relojes se distribuían por todo el mundo
Longines es la marca del reloj de arena alado. La combinación del logotipo del reloj de arena alado y el nombre “Longines” constituye la marca de fábrica vigente más antigua, y está registrada en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Ni el logotipo ni la denominación han sido modificados desde 1867.
El grado de habilidad técnica alcanzado por Longines en su fábrica le permitió establecer una relación especial con el mundo del deporte. Longines a partir de 1879 participará en prestigiosos concursos de cronometría organizados por observatorios atronómicos de Suiza y de otras partes de Europa, ganando en el trascurso de los ñaos numerosos certificados de la precisión y la fiabiliad de sus máqinas (que en este ejemplo se ve en la foto de una de las tapas de la caja).
La empresa inventó varios dispositivos para el cronometraje preciso de eventos deportivos, como el sistema de cronometraje automático denominado “cable roto”, utilizado en la reunión federal suiza de gimnasia de 1912, gracias a multiples inventos, Longines pudo cronometrar un gran número de eventos de primer orden y consolidar su posición en los anales del deporte. Su total dominio de una tecnología tan exigente animó a la empresa a ofrecer sus sistemas de cronometraje en el mundo de la Fórmula 1, de donde nació una prestigiosa colaboración con la célebre escudería italiana Ferrari.